Saliendo del puerto nuestra primera parada nos llevará Basseterre, la histórica capital de San Cristóbal. Fundada en 1625 por colonos franceses, hoy es una preciosa ciudad adornada por una cautivadora mezcla de influencias clásicas y modernas, tanto francesas como inglesas. Entre los lugares más destacados encontramos el Berkeley Memorial en medio del bullicio de The Circus (inspirado en Piccadilly Circus de Londres), Independence Square (antiguo mercado de esclavos), la iglesia anglicana de Saint George y la concatedral de Saint Johns/Basseterre.

Tras un tiempo para hacer unas compras, algunas fotos y vivir la vida urbana al estilo caribeño, seguiremos la excursión por la zona costera hasta llegar a la mansión Romney y al taller de batik Caribelle. Visitaremos los vestigios de la mansión del siglo XVII del capitán Samuel Jefferson, tatarabuelo del presidente estadounidense Thomas Jefferson, que hoy es sede un taller de batik cuyos artesanos producen estampados y pendas de vibrantes temas y colores tropicales. Podremos pasear por los majestuosos terrenos y admirar los hermosos especímenes botánicos recogidos por todo el mundo; como arboledas de palmeras Bismark, palmeras viajeras y un magnífico árbol samán africano de 370 años. O, si lo prefieres, explora la periferia de un bosque tropical caribeño situado a pocos pasos de Romney Manor.

La siguiente parada será en el majestuoso Parque Nacional de la Fortaleza de Brimstone Hill. Situado en lo alto de un cono volcánico azotado por el viento, este extenso y bien conservado lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, hará las delicias del aficionado a la historia que llevas dentro. Los responsables del parque proclaman (con razón) que este monumento de 38 acres es “una auténtica cápsula del tiempo de importancia internacional“. Pero incluso si la historia no es lo tuyo, la posición del fuerte en la ladera de la colina ofrece una impresionante vista de 360 grados de la costa de San Cristóbal, la exuberante campiña y las islas vecinas.

Para finalizar nos dirigiremos a Timothy Hill, un mirador que ofrece una impresionante vista del Frigate Bay Resort y de la etérea Península del Sureste, con el Monte Nieves, cubierto de nubes, como telón de fondo. Desde aquí podremos ver las blancas olas del océano Atlántico a nuestra izquierda y el plácido mar Caribe a la derecha. Tras esto, remataremos el día con un largo descanso en la playa de Cockleshell Beach o en la exótica arena negra y dorada de South Friar’s Beach. Podrás relajarte, tomar el sol, practicar snorkel en aguas cristalinas, posar para una foto con los monos que habitan la isla… o realizar las últimas compras antes de volver al barco.